La competitividad y desarrollo de las empresas en una economía globalizada pasa necesariamente por la innovación y la tecnología, y de una marca potente que comercialice las novedades derivadas de esa innovación.
En los últimos años la inversión en I+D, el número de investigadores y de empresas involucrados en proyectos de investigación ha descendido considerablemente, alejándose de los países europeos punteros en innovación. No sólo la inversión pública sino también la privada, que representa menos del 50%, ha de incrementarse. La economía española con un fuerte sector agroalimentario pone en valor las novedades agroalimentarias y la obtención de variedades vegetales. El resultado de estas innovaciones derivado del esfuerzo empresarial debe protegerse y defenderse también como una fórmula de emprendimiento empresarial basado en el hecho diferenciador de la titularidad de esa propiedad industrial. Su defensa y protección jurídica se inicia desde sus primeros pasos de desarrollo para evitar revelaciones y obtener pruebas del hecho investigador desencadenante de una titularidad dominical, pues el acceso al Registro de Patentes y Marcas en ocasiones no es suficiente, aunque en todo caso necesario.
La adecuada solicitud de acceso al registro y la oposición de acceso de terceros, así como la denuncia y reclamación de hechos que atacan los derechos de propiedad son tareas imprescindibles para el crecimiento empresarial, en especial en su internacionalización. La innovación empresarial sin protección reduce cuando no elimina la propia innovación. Una novedad plagiada o usurpada no tiene tanto valor para la empresa. Una propiedad que no pueda utilizar en un espacio geográfico internacional determinado dificulta la comercialización de los productos de la empresa. La imposibilidad de impedir que una marca o un producto innovador acceda al mercado fidelizado de la empresa erosionará ese mercado a medio o largo plazo.
La defensa inmediata del activo más importante para una empresa, la Propiedad Industrial, bien a través de la negociación o bien de la reclamación judicial, aunque no aparezca como una amenaza inminente, evitará probablemente un conflicto de mayores dimensiones y en un tiempo más difícil para la empresa implicada, tal vez, en un proceso de expansión. La historia de las grandes empresas-marcas van ligadas, en bastantes ocasiones, a este tipo de conflictos.
Las ideas y la iniciativa empresarial como la innovación y la marca se han de proteger desde su nacimiento y vigilar durante todo su desarrollo.