El término proxy es complejo de traducir, ya que no tiene un equivalente único y directo en español.
Algunos diccionarios jurídicos lo traducen como poder, procuración o delegación. No debemos confundirlo, sin embargo, con el poder de representación, para el que en inglés se emplea el término power of attorney. El poder de representación es un mandato, más o menos amplio, por el que una persona faculta a otra para actuar en su nombre de forma general o para un determinado negocio jurídico. Mientras que el proxy es una autorización para votar en nombre y representación de otra persona, generalmente, en una junta de accionistas. Se trata, por tanto, de una autorización mucho más restringida y limitada que el poder de representación y que, generalmente, se circunscribe al hecho de asistir a una reunión y votar en ella en nombre de otro.
El término proxy se emplea para referirse tanto al poder concedido a otro para votar, como para referirse a la propia persona a la que se ha conferido dicho poder. A esta última también se le denomina en ocasiones proxyholder. En este sentido, los diccionarios lo suelen traducir como apoderado, mandatario, poderhabiente, representante o delegado en junta. Por lo que hemos dicho antes, pensamos que las tres primeras traducciones son demasiado amplias, y encaja mejor la de representante o delegado.
Veamos un ejemplo:
The first general meeting requires the attendance, in person or by proxy, of shareholders representing at least 91 % of the capital subscribed with right to vote.
La primera junta general exige la asistencia, en persona o mediante representante, de los accionistas que representen, al menos, el 91 % del capital social suscrito con derecho a voto.
Ruth Gámez y Fernando Cuñado
Este artículo no debe ni pretende ser considerado como asesoramiento legal